3 de julio de 2025.
La apertura de este parque está llamada a convertirse en un significativo impulso para el turismo en la zona. Villagarcía de Campos, conocida por su impresionante patrimonio histórico-artístico –como el Monasterio de Santa María de la Santa Espina–, añade ahora un atractivo diferenciador que complementa su oferta. Los visitantes podrán no solo admirar de cerca a estos animales en un entorno natural y cuidado, sino también participar en actividades educativas y experienciales que los conecten con el mundo rural: desde demostraciones de manejo tradicional de ganado hasta talleres sobre la importancia de la ganadería extensiva.
Este flujo de visitantes generará un impacto económico positivo, fomentando el desarrollo de servicios locales (restauración, alojamiento, artesanía) y creando nuevas oportunidades de empleo. En una provincia como Valladolid y una comarca como Tierra de Campos, fuertemente afectadas por la despoblación, iniciativas como esta son cruciales. Ofrecen una razón tangible para la fijación de población joven y para el retorno de aquellos que buscan un futuro en el medio rural, demostrando que la innovación puede germinar de las raíces más profundas de la tradición.
Un concepto de parque temático único en España
El Parque de Vacas y Bueyes se distingue por varias características únicas. No es un zoológico al uso, sino un espacio donde la interacción didáctica y el bienestar animal son prioritarios. Contará con amplias zonas de pastoreo que replican el hábitat natural de estos animales, permitiendo una experiencia inmersiva. Además, se prevé la integración de tecnologías interactivas que enriquezcan la visita, ofreciendo datos sobre las razas, su historia y su papel en la ecología y economía local. La colaboración con ganaderos de la zona para asegurar la representación de razas autóctonas en peligro de extinción es otra de sus señas de identidad.
Este proyecto en Villagarcía de Campos es un ejemplo inspirador de cómo las entidades culturales y las administraciones locales pueden unirse para transformar un recurso tradicional en un motor de innovación, desarrollo y revitalización para el medio rural. Es la demostración de que, al abrazar nuestras raíces, podemos construir un futuro vibrante y sostenible.

